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¿Qué es la fotodepilación?

El término de fotodepilación engloba cualquier tecnología que utiliza la luz para depilar.

Dentro de esta clasificación encontraríamos dos tecnologías que utilizan dos tipos de luces diferentes. Una sería la IPL, también llamada Luz Intensa Pulsada, y la otra serían los láseres, que englobarían el láser de Diodo, Alejandrita, Rubí y Neodimio. Por lo tanto, tanto la IPL como el láser de diodo o cualquier tecnología que utiliza luz para depilar, es considerada fotodepilación.

En los últimos tiempos, ante el auge de este tipo de depilación en los medios, se ha ido asociando la fotodepilación únicamente a la IPL aunque esto es incorrecto, todas estas tecnologías son fotodepilación.

Entrando con más detalle en el tipo de luz que se utiliza en cada tecnología:

  • IPL: Utiliza una luz incoherente, policromática y polidireccional, con longitudes de las ondas que emiten de 400 nanómetros a 1200, pero que se pueden adaptar mediante unos filtros. Esto quiere decir que cuando la IPL emite la luz, sale hacia varias direcciones, lo que permite abarcar una mayor superficie de piel, volviéndola mucho más indolora que los láseres. Estas características la vuelven la tecnología de depilación más versátil y personalizable de todas. Se puede ajustar para diferentes tipos de pieles, intensidades y vellos, pero también según su calibre y grosor.
  • Láseres: Utilizan una luz coherente, monocromática y unidireccional. Esto quiere decir que la luz no se dispersa en el espacio y esto hace que muchas personas sientan ese “dolor” al ser depiladas con láseres, ya que la luz se concentra en un único punto. Dependiendo de nuestro tipo de piel y vello será más ideal utilizar uno u otro láser ya que cada láser utiliza diferentes longitudes de ondas. Todo esto hace que los láseres tengan limitaciones para tratar ciertos tipos de vellos y pieles, los vuelvan “dolorosos” y que además, los centros de depilación deban disponer de la maquinaria de los diferentes láseres para poder dar un excelente servicio, y esto es algo que no suele ocurrir. Alejandrita utiliza longitudes de onda de 755 nanómetros y es más efectivo en pieles blancas o de tono medio. El láser Rubí utiliza longitudes de 695 y está indicado para pieles muy claras, aunque actualmente está en desuso por ser poco versátil y tener riesgos de quemadura. El láser de diodo emite la luz a una longitud de 800 nm y se suele emplear para pieles más oscuras de fototipo 3. El láser neodimio utiliza 1064 nm y está indicado para pieles bronceadas o muy oscuras.

Es decir, para poder abarcar los diferentes tipos y calibres de vello del cuerpo de una persona, un centro debería tener un equipo de IPL o las diferentes máquinas de láser que existen para poder realizar una depilación completa y eliminar los diferentes tipos de vellos, cosa que no suele suceder.

Como podemos ver, la IPL nos permite adaptar muchísimo más la longitud de onda con la que se trabaja, pudiendo adaptar tanto el tipo de piel del tratamiento, como el tipo de vello (grueso, fino, negro, marrón…), además de poderse utilizar la luz para realizar otros tratamientos para combatir las manchas, varicosidades, acné…. Otra de las mayores ventajas es que aporta una gran seguridad ya que las posibilidades de provocar daños en la piel son muy escasas por su gran adaptabilidad. Esto hace que desde Singular podamos personalizar la depilación según las necesidades de cada cliente, para así maximizar los resultados y cumplir lo que tantos prometen: eliminar el vello de manera definitiva.